Astrología y Mitología Clásica
En la Antigüedad clásica el cuestionamiento del hombre sobre su existencia y las condiciones de su entorno hallaba explicaciones sobrenaturales que justificaban la intervención divina. Si los dioses estaban contentos, favorecían una comunidad humana. En cambio, los fenómenos negativos se atribuían a la ira de las divinidades.

Gracias a la lectura e interpretación de los astros, los antiguos griegos y romanos se disponían a presagiar el futuro, a la luz de los relatos míticos que encontraban representados en el firmamento.
En su Metamorfosis, Ovidio habla la mítica Edad de Oro griega, en la que la raza primigenia de dioses fueron los Titanes.

Prometeo fue uno de ellos, el primero en defender la cultura de los hombres, al enseñarles artes como la arquitectura, la astronomía, las matemáticas, la navegación, la medicina y la metalurgia, en oposición a Zeus y otros dioses olímpicos que trataban de frenar el progreso humano.

Este mito es un ejemplo del eterno antagonismo entre los dioses y los hombres y forma parte del primer conjunto de relatos míticos de la tradición griega.
Prometeo encadenado, Rubens y Snyders, 1611-1618, oleo sobre tela, 242.6 × 209.6 cm, Philadelphia Museum of Art, Pensilvania, EE. UU.
Como otros personajes míticos, los Titanes tenían su equivalente en la astrología clásica
Prometeo y la constelación de Acuario
El mito de Orión y las Pléyades en la navegación
— Hesiodo, los Trabajos y los Días
Si te coge el deseo de la fatigosa navegación cuando las Pléyades huyendo de la vigorosa fuerza de Orión caigan sobre el brumoso ponto, entonces soplos de toda clase de vientos se lanzan impetuosamente. Recordándolo entonces, ya no debes tener las naves en el vinoso ponto, sino trabajar la tierra, como yo te aconsejo…
Constelación de Acuario, esquema cóncavo
Constelación de Orión, esquema cóncavo
Johann Bayer, Aquaris, en Uranometria, 1603.
Diana y Orión, Johann Heinrich Tischbein, s. XVIII, óleo sobre madera, 62.5 x 81.5 cm
The Pleiades, Elihu Vedder, 1885, óleo sobre lienzo, 61.3 x 95.6 cm, Metropolitan Museum of Art, N. Y., EE.UU.
Johannes Hevelius, Orion, en Firmamentum Sobiescianum, 1687.
Orion, cazador de Hiria, y el más bello de los hombres vivientes, fue asesinado accidentalmente por la diosa Artemis, su compañera de caza. Cuando se dio cuenta de su error, suplicó a los dioses que lo revivieran, y ante su negativa puso la imagen de Orión entre las estrellas como recompensa.
Orión se enamora de las Pléyades, las siete hermanas hijas de Atlas y Pleyone, quienes no le corresponden y huyen de él. Cuando comienza a perseguirlas, Zeus las convierte en palomas y coloca su imagen en el cielo.

El nombre de las Pléyades, de la raíz plei, «navegar», se refiere a su aparición en la estación en que se acerca el buen tiempo para navegar.
Este Titán es retomado por la astrología griega como arquetipo de generosidad y se le relacionó con el signo zodiacal de acuario, cuya constelación representa a una forma humana que verte agua desde una jarra desde la bóveda celeste hacia la Tierra como lo hiciera Prometeo al verter sobre el hombre el conocimiento.
Constelaciones de Orión, Canis Maior, Canis Minor y la Liebre, esquema cóncavo.
Grupo de estrellas Las Pléyades, Las Siete Hermanas o El Objeto M45